top of page

BÚSQUEDA POR TAGS: 

POSTS RECIENTES: 

SÍGUEME:

  • Facebook Clean Grey
  • Twitter Clean Grey
  • Instagram Clean Grey

Propinas de lujo

  • Francisco Ortega
  • 1 ago 2016
  • 7 Min. de lectura

Qué bonito es recibir propina. Eso significa, que lo has hecho bien; que alguien reconoce tu esfuerzo. Y esto me lleva a contarles otro tema de hotel.


Cuánto recibiste de tip?... era una pregunta frecuente entre los cajeros, botones y de vez en cuando, recepcionistas del hotel. La palabra propina, conocida por casi todos nosotros, no es sino una gratificación por algún favor hecho o una prestación de servicio que fue más allá de lo esperado.


Cuando estaba en steward, solo escuchaba a los meseros, hablar de las propinas que recibían por su servicio a las mesas. Nunca se me había ocurrido siquiera, que podría yo también ser parte beneficiada de las mismas. Es más siempre se había visto que la gente daba propinas ya sea de corazón, buena voluntad o por tratar de impresionar a una o varias personas que acompañaban al que pagaba la cuenta.


Para los gringuitos que visitaban el hotel, dar propinas era cosa muy común y más cuando el dólar superaba bastamente al sucre, nuestra moneda oficial en la fecha de las vivencias que les narro.


Para este relato, yo estaba ya en el front desk del hotel, era auditor y nos tocaba en suerte, hacer de cajeros muy continuamente. Las propinas nos llegaban; unas más buenas y otras menos jugosas, pero a la final propinas que llegaban a redondear nuestro nada despreciable ingreso, o como diríamos coloquialmente, se sacaba para los buses y los tabacos.


Definitivamente, la suerte de la fea, la bonita la desea; así decían los mayores… verdad?... Pues sepa usted mi amigo lector, que los compañeros que más se ganaban en propinas, eran los señores botones. Lógicamente, el jefe de ellos, una persona encantadora, entrador, jovial, comedido, sonreído, no dejaba de aleccionar a su personal y cito textual …”el cliente siempre tiene la razón”; y si le decían …pero está pidiendo tal o cual cosa que no se puede, él solo se limitaba a decir: …”pero tiene la razón”… y hacía lo imposible por complacer al cliente.


Creo que el equipo de botones de ese entonces, era de lujo por decir lo menos y trabajaban a un solo ritmo y lo más simpático de todo, es que las propinas o tips, se repartían por igual todos, un verdadero ejemplo para los demás. Entonces los que no éramos botones, queríamos serlo, aunque sea solo por la llegada de un grupo de turistas, que eran los que más tips dejaban.


Nuestra atención lógicamente se veía enfocada a dar mejor servicio cada vez y resultar beneficiados de esa bonificación extra que nos podía llegar; a cambio solamente de sonreír, tratar bien y hacer bien el trabajo, con el ejemplo y mirando como de bien les iba a los botones.


Dinero, golosinas, llaveros, escarapelas, bufandas, cigarrillos, etc, etc…le cansaría a usted amable lector, si me pongo a detallar y enumerar las cosas que nos regalaban los huéspedes. Y solamente para que se asombre usted, contaré que era de lo más normal y habitual, que tanto el personal del hotel como los visitantes, fumáramos en el lobby; brindábamos y nos brindaban cigarrillos… no era prohibido hacerlo entonces.


Para los que recién llegábamos a la recepción y nos tocaba hacer de cajeros, en un comienzo, no era muy normal el recibir propina; debíamos comunicar al supervisor y lógicamente recibíamos el visto bueno para aceptar la bonificación. Pero ya luego, solamente comentábamos cuanto hemos hecho en propinas y fin del turno.


Las propinas y el recargo del 25% al sueldo que por ley se da a quienes trabajan en la noche, lograron que pudiera reponer mi vehículo; mismo que por la compra de la casa, lo había vendido. Ese era el ritmo de tips; ayudaba de buena manera a sobreponerse en los gastos.


Estando ya en uno de los puestos gerenciales, se corrió la noticia de que un huésped estaba dando unas propinas más allá de normales; la verdad sea dicha, nada de raro ya que como lo hemos citado anteriormente en otras vivencias, al hotel llegaba gente de todo nivel económico, de diferentes lares del planeta, no es nada raro entonces que existan extravagancias en dar propinas a su manera.


Escuché que el huésped de la habitación 503, estaba regalando alhajas; que lo había hecho desde el momento de registrarse en recepción; pero no, en la recepción de VIPs; en la recepción normal. Este señor no tenía rango de VIP; era solamente un huésped frecuente, casi sin mayor notoriedad en sus registros anteriores.


Ahí mismo. Ya había hecho gala de su generosidad, al dar en agradecimiento a la recepcionista de turno, una cadena de oro con dije. Al señor botones, había dado la letra de su nombre por guiarle hasta la habitación. El personal de room service, también comentaba sobre las alhajas que habían recibido.


El caso fue subiendo de tono en los comentarios, porque el huésped de la habitación 503, estaba ya tres días en el hotel y las gratificaciones o tips seguían en ese orden, incluyendo al personal de ama de llaves en habitaciones. Aclaremos que cada persona que atendía al huésped, era beneficiado con un presente a manera de tip.


Decidimos actuar; el hotelero no solo debe dar servicio, sino también velar por la seguridad del huésped. Así entonces se hizo un seguimiento del señor Juan Pérez, huésped de la habitación 503; de esta averiguación, se desprendió que era de origen azuayo, soltero, cuarenta y cinco años, profesional de las leyes, hijo de respetable cuna y poseedor de algunas propiedades en su lugar natal.


El señor Pérez, se registraba al amparo de su empresa; joyería JP, y las cuentas que marcaban sus estadías anteriores, eran considerables y pagadas todas en efectivo. Entre los consumos más notables, estaban los que se generaban en el restaurante más caro del hotel a esa fecha. Del histórico o record del citado huésped, nada que hiciera pensar en que era una persona de cuidado en ningún aspecto.

Así las cosas, para llegar más al fondo de la situación presentada, hicimos contacto con la joyería JP. En este lugar, respondió una dama, la misma que supo mostrarse muy cauta y recelosa a las preguntas que le formulamos. De parte de quien, como para que lo necesitan, él no puede atenderlos ahora, deje su mensaje y se lo daremos… es decir; evasivas a nuestros requerimientos. Eso sí, pidieron me identificara y explicara el motivo de la llamada.


Expliqué que quería contactarme con el señor gerente de la empresa o compañía JP, a fin de tratar un asunto del hotel. Sentí que no me lo creyeron, pero aceptaron la razón y ofrecieron pasar el dato de mi llamada.


No habían transcurrido ni sesenta minutos y se presentó una llamada urgente; decían ser representantes de la joyería JP y solamente deseaban hablar con la persona que había llamado antes; es decir conmigo… Me identifiqué de acuerdo a las normas y políticas del hotel y comenzó una conversación tripartita; una dama, un miembro de la policía y yo.


La conversación se desarrolló en estos términos:


Dama.- porqué está buscando a Juan?

Yo.- el señor Pérez está hospedado en el hotel

Policía.- diga en qué fecha ingresó y en que condición

Yo.- El señor Pérez es nuestro huésped desde hace tres días y es la novena vez que se registra en el hotel desde enero del presente año.

Dama.- yo soy su madre… dígame como está… está bien… dígamelo por favor

Yo.- mucho gusto señora. Efectivamente el señor Pérez está bien de salud.

Dama.- ¡! Por Dios… no me lo deje salir ¡! Deténgalo dentro del hotel

Yo.- el hotel está muy preocupado por el comportamiento del señor Pérez.

Dama.- ha roto algo?... ha procedido de mala manera?... Nosotros nos encargamos de todo.

Policía.- el señor Pérez ha sido reportado como desaparecido hace tres días.

Yo.- definitivamente; él está acá y bien. El señor Pérez ha estado regalando joyas al personal del hotel

Dama.- De eso no se preocupe; lo que nos interesa es que lo tengan allí y no lo dejen salir. Le explico; …. luego de una larga explicación, terminó diciendo….Y tiene un trastorno mental, mismo que le producen lagunas y amnesia.

Policía.- es necesario que nos ayuden deteniendo al señor Pérez hasta llegar a la capital, a fin de constatar y traerlo de vuelta a su ciudad natal.

Yo.- el hotel no tiene inconveniente en hacerlo.

Dama.- por favor … no lo dejen salir que en el vuelo de las 18H00 salimos para allá.

Yo.- encantado de servirle señora acá los esperamos.


Serían las ocho de la noche; y en recepción preguntaban por mí. Era una muy célebre y guapa la señora que se había presentado en el counter. Se trataba de una mujer que debía sobrepasar ya los setenta años de edad y que a no dudar en su juventud, debió ser muy guapa.


Se presentó con sus nombres y apellidos, acto seguido me presentó a un capitán de la policía y no tardó en preguntar por el paradero del señor Pérez. Acompañé a la madre del huésped hasta su habitación, lugar en el que se produjo uno de los acontecimientos más tiernos y sublimes que mi mente recuerde.

Llegamos al quinto piso y por ende a la habitación 503; toc, toc, toc… los tres llamados estándar de la cadena hotelera; silencio… toc, toc, toc y la puerta se abre. La dama, extendió sus brazos hacia su hijo y éste cual muchachito de escuela fuera, se abalanzó a los brazos de su progenitora… Mi tesoro, mi vida como estas… besos y caricias. Mamá… donde estabas… lágrimas y besos.


Mamá donde estabas… el señor Pérez, estaba perdido sin tener relación de tiempo ni espacio. Preguntaba a su madre donde había estado…


Al día siguiente, el hotel había hecho un inventario de las joyas regaladas por el señor Pérez y se lo presentó conjuntamente con los dijes a la señora madre del huésped. La dama, pidió de favor que se entreguen las mismas a cada uno de los empleados beneficiados con las mismas, aduciendo que esa era la voluntad de su hijo.


Agradeció al hotel por la gestión y trato para con su hijo y se despidió de nuestras instalaciones. Por gestiones de posventa a cargo del departamento de RRPP, supimos que el señor Pérez, estaba bien ubicado en su tierra natal y que bajo el cuidado y protección de su madre, ya no ha abandonado su hogar.


Me despido con un hasta pronto, para poder compartir con ustedes otro tema hotelero.


NOTA: Por obvias razones, el nombre del huésped es ficticio.



 
 
 

Comments


© 2023 por Secretos de Armario. Creado con Wix.com

  • b-facebook
  • Twitter Round
bottom of page